Mejorar el equilibrio del cuerpo es fundamental para prevenir caídas y mantener una buena postura, especialmente a medida que envejecemos. Incluir movimientos de equilibrio en tu rutina diaria no solo aumenta la coordinación, sino que también mejora la flexibilidad y el control del cuerpo, ayudando a una mayor movilidad y seguridad en las actividades cotidianas.