Es crucial buscar atención médica adecuada para recibir un diagnóstico preciso y determinar el tratamiento más apropiado para cada caso individual, con el objetivo de aliviar síntomas, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida a largo plazo. Además, adoptar hábitos de vida saludables puede jugar un papel fundamental en la prevención de la formación de nuevos cálculos renales.