La violencia en Haití aumentó exponencialmente en las últimas semanas, las pandillas antigubernamentales luchan contra la policía en las calles paralizando la frágil economía de ese país y ha hecho que sea extremadamente difícil que muchos de los más vulnerables del país se alimenten.
El principal puerto de la capital, Puerto Príncipe está cerrado, varando decenas de contenedores llenos de alimentos y suministros médicos en un momento en que los funcionarios de las Naciones Unidas dicen que la mitad de los más de 11 millones de habitantes del país no tienen suficiente para comer, y 1,4 millones se están muriendo de hambre.
Mientras los países del caribe, así como Estados Unidos y otros más de la región se unen para encontrar una solución, recientemente, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele aseguró a través de redes sociales lo siguiente: “Podemos arreglarlo, pero necesitamos una resolución del consejo de seguridad de Naciones Unidas, el consentimiento del país anfitrión y todos los gastos de la misión cubiertos. Bukele añadió que en El Salvador vimos imágenes similares algunos años atrás. Pandillas bañándose con los cráneos de sus víctimas. Todos los expertos dijeron que no podían ser derrotados porque eran parte de nuestra sociedad. Se equivocaron. Los aniquilamos. Los mismo debe hacerse en Haití.
Posterior a esto, el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, fue consultado sobre el ofrecimiento de Bukele.
El gobernante dominicano dijo que este tema lo discutirán los países que van a trabajar la pacificación de Haití, pero de momento no está incluida la República Dominicana.