Los pocos turistas que llegan a este espejo de agua no son suficientes para sostener los negocios de la zona, lo que ha provocado golpes en la economía de sus propietarios.
Esta situación también perjudica a lancheros y pescadores, estos últimos tienen prohibido extraer peces del lago; lo que agrava la obtención de ingresos para sus familias.
Doce meses pasará el lago de Coatepeque bajo este estado de emergencia, en el cual se restringe la pesca, extracción de agua y el vertido de aguas residuales en el afluente.
Los lugareños que tiene varias décadas de vivir cerca del lago dicen que este fenómeno es natural y ocurre cada año; y no representa peligro para las personas.