El estadio Cuscatlán albergo a cientos de aficionados y uno de los accesos colapsó cuando seguidores del Alianza se aglomeraron para intentar entrar, fue ahí donde se produjo una estampida que dejó varios muertos y decenas de heridos.
La sobreventa de boletos fue cuestionada, así como la falta de seguridad.
Por el hecho hubo capturas, entre ellos el presidente del Alianza, el gerente de seguridad del equipo, el general de escenarios deportivos de el salvador y quien estaba a cargo de las llaves del estadio durante el incidente.
Luego del respectivo proceso judicial conciliaron con los familiares de las víctimas quienes recibieron indemnizaciones económicas.
La FIFA por su parte envió a El Salvador una misión de expertos de esa entidad y de la Concacaf para evaluar la seguridad de los estadios.