La sensibilidad al procesamiento sensorial puede afectar significativamente la vida diaria de una persona, desde su capacidad para concentrarse en el trabajo o la escuela hasta su participación en actividades sociales y su bienestar emocional. El reconocimiento y la comprensión de la sensibilidad sensorial pueden ayudar a las personas a encontrar estrategias para manejar mejor sus experiencias sensoriales y mejorar su calidad de vida.