Tocar superficies u objetos infectados con el virus coxsackie y luego tocarse los ojos, la nariz o boca podrían ser suficientes para contraerlo, o solo con tocar a alguien que lo contenga e incluso si está cerca mientras tose, estornude o hable.
Este virus es el responsable de la enfermedad manos, pies y boca, que es más común en bebés y en menores de cinco años de edad que se manifiesta a través de fiebre, llagas en la boca, dolor de garganta y de sarpullido en la piel. A partir del séptimo o décimo día ya se comienza a tener una mejoría con un tratamiento médico mínimo o en algunos casos sin tratamiento.
Para prevenirlo recomiendan lavarse las manos de forma constante por al menos 20 segundos, evitar tocarse la cara, evitar el contacto cercano con alguien infectado, así como limpiar y desinfectar las superficies.
Si su hijo tiene este síndrome puede reincorporarlo al centro educativo cuando no tenga fiebre, no tenga babeo descontrolado provocado por las llagas y cuando se sienta bien.
Este padecimiento se propaga rápidamente en escuelas y guarderías infantiles.