El incremento de los brotes de dengue en diversos países de Latinoamérica continúa, preocupando a la Organización Mundial de la Salud, solo en enero de 2024 se registran 373,000 casos, y aunque la letalidad de este padecimiento se considera relativamente baja del 0.4%, es una enfermedad difícil de controlar.
En El Salvador, el Ministerio de Salud aún no ha actualizado los datos para monitorear como se encuentran los casos por esta enfermedad este 2024, el último reporte corresponde a la semana 50 del 2023, que registraba 5,788 casos sospechosos de dengue y 63 de chikungunya, padecimiento que afecta en su gran mayoría a los niños y adolescentes.
Por lo que la institución se encuentra desarrollando un plan de control de vector y detención de arbovirosis enfocado en centros escolares y centros de votación, el cual consta en la capacitación del personal de salud, detección y distribución de criaderos, fumigación, recolección de chatarra y objetos inservibles que sirve de áreas de proliferación y campañas masivas de concientización.
Otras organizaciones utilizan un método natural para controlar esta enfermedad, el cual es la liberación de mosquitos con wolbachia para que se reproduzcan con zancudos silvestres y así bloquear la capacidad de infección, esta iniciativa se ha ejecutado en áreas urbanas de los municipios de Santa Ana, Chalchuapa y San Sebastián Salitrillo.
Aunque la mayoría de casos por dengue suelen ser leves, con síntomas como dolores de cabeza y cuerpo, fiebre y nauseas, este se convierte en grave si la persona se infecta por segunda vez, ocasionando en algunos casos hemorragias internas y necesitando hospitalización de manera urgente, en los últimos años El Salvador continúa reportando su tasa de mortalidad por dengue en cero, según los informes del Ministerio de Salud.