Manchester United ahuyentó todos sus demonios y rompió su larga racha sin títulos. El conjunto de Erik ten Hag venció por 2-0 a Newcastle en Wembley para abrazarse con la gloria en la EFL Cup, su primer trofeo en casi seis años.
El comienzo del partido favoreció a las Urracas, quienes se pararon en campo contrario y se hicieron cargo de la posesión de balón. Sin embargo, esto no se tradujo a situaciones claras de gol, con una defensa roja que se paró bien atrás, liderada por el argentino Lisandro Martínez y el francés Raphael Varane.
El brasileño Bruno Guimaraes protagonizó un imperdible duelo en la mitad de la cancha con su compatriota Casemiro, con el de Newcastle ganando la pulseada sobre el inicio, aunque sin poder direccionar de la mejor manera sus remates desde lejos.
En cambio, el experimentado Casemiro no falló en su primera aparición dentro del área contraria. Tras pasar la primera tormenta, el United salió del fondo y en su primera jugada de peligro puso el 1-0 con un cabezazo goleador del ex Real Madrid tras un tiro libre de Luke Shaw.
El gol revitalizó a los Diablos Rojos, y después de su comienzo lento empezó a demostrar su mejor fútbol, el de transiciones rápidas y peligrosas, comandadas por el intratable Marcus Rashford. Justamente, el delantero inglés fue protagonista principal en el segundo gol del partido.
Tras una pared con Wout Weghorst, Rashford se fue por izquierda, remató de zurda, y tras un rebote en el pie del defensor Sven Botman, batió al arquero Loris Karius para insertar el 2-0 en el tanteador. Antes del descanso, Weghorst tuvo la chance del tercero en una contra, pero el arquero de las Urracas voló para tirarla al córner.
Después de terminar el primer tiempo con buenas sensaciones, el United no inició de la mejor manera el complemento, eligiendo replegarse atrás en vez de disputar el partido lejos de su arco.
Eso le permitió a Newcastle acechar continuamente el área defendida por David De Gea. Sin embargo, las Urracas nunca tuvieron demasiadas ideas para complicar al español, y solo generó peligro con más empuje que fútbol.
Las mejores chances, en realidad, le favorecieron a Manchester United, que se plantó de contra y pudo liquidarlo en algunas aproximaciones. Ten Hag, mientras tanto, decidió finalmente poblar la mitad de cancha con Sabitzer y McTominay para dormir el duelo.
Newcastle buscó el gol en el cierre para volver a meterse en el partido, pero nunca llegó. De esa forma, el United se consagró campeón y festejó con su gente su primer título desde la Europa League en la temporada 2016/17.
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