Entre estos, la presencia de personas sin credenciales en el gimnasio nacional; además que no se respetara la cantidad de vigilantes por partido político, algunos de estos con actitudes intimidatorias contra otras fuerzas políticas y contra observadores internacionales.
Señala a su vez ataques a más de un centenar de periodista durante el proceso electoral.
A pesar de los señalamientos, la OEA asegura que no observó hechos que alteraran la voluntad de la población.