Urge cobrar impuestos a las empresas de energía por sus ganancias excesivas, este fue el llamado del secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, en la presentación del tercer informe del grupo de respuesta de la ONU a la crisis sobre el impacto global de la guerra en Ucrania.
Detalló que las ganancias combinadas de las empresas energéticas más grandes alcanzaron cerca de $100,000 millones de dólares en el primer trimestre de este año y consideró que debe haber un impuesto sobre dichas utilidades.
Además dijo que es inmoral que las compañías de petróleo y gas obtengan ganancias récord de esta crisis energética a costa de las personas y comunidades más pobres, con un alto costo para el clima, por lo que pide a los gobiernos gravar estas ganancias y utilizar los fondos para apoyar a las personas más vulnerables en estos tiempos difíciles.
En el informe también recomienda gestionar la demanda de energía, acelerar la transición hacia las energías renovables, que en la mayoría de los casos son más baratas que los combustibles fósiles, incrementar el financiamiento privado y multilateral a gran escala para la transición hacia la energía verde.
Recordó que las inversiones en energía renovable deben multiplicarse por siete para cumplir con el objetivo de cero emisiones netas de carbono, por lo que exhortó a los bancos multilaterales de desarrollo a asumir más riesgos para ayudar a que los países elaboren marcos regulatorios adecuados y modernicen sus redes eléctricas.
El secretario general reiteró que todos los gobiernos tienen un papel en la crisis de energía y que todos están atentos a lo que hacen los otros y lamentó que algunos países desarrollados estén otorgando subsidios universales a las gasolineras, mientras que otros están reabriendo plantas de carbón y añadió que si se hace, debe ser por tiempo limitado y con el fin de aliviar a la población más pobre y vulnerable, sin descuidar la pronta transición a las energías renovables.
Dentro del tercer informe del grupo de respuesta la ONU alerta que el mundo atraviesa una crisis global alimentaria, energética y financiera en la que hasta 345 millones de personas de 82 países padecerán inseguridad alimentaria aguda para finales de 2022 y destaca que uno de los efectos de esta situación será que 47 millones de personas más se sumen a las filas del hambre.