El Salvador ocupa el vigésimo tercer puesto de los países que más recibe ropa usada al año, se estima que ingresan más de 70 millones de libras en prendas y se calcula que al menos el 25% de la ropa que se vende en el territorio se reutiliza, pero más allá de los datos muchas personas buscan sobrevivir de este tipo de negocio, debido a la falta de un empleo formal.
Mauricio ofrece este tipo de prendas y tiene casi una década comercializándola a un costado del redondel El Ángel sobre el bulevar Constitución, aquí se pueden comprar tres piezas en buen estado y de marcas reconocidas con solo un dólar, a diario invierte cerca de 40 dólares para surtir su negocio y con mucho esfuerzo al final del día recupera su inversión con un margen de ganancia, en los últimos años sus clientes han incrementado, pues muchos buscan formas económicas para vestir.
Para 2040, más de tres millones de puestos de trabajo en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua dependerán de la distribución y de la ampliación de la cadena de suministro de ropa y calzado de segunda mano, dado que la industria de la ropa de segunda mano es intensiva en empleo, tiene el potencial de generar un suministro continuo de puestos de trabajo relativamente seguros y bien remunerados en toda la cadena de valor.
Hay casos como el de Carmen en Mejicanos, quien se dedica a este mismo negocio, pero desde casa, sostiene que por su edad no encontró un empleo, según la organización internacional del trabajo un 26.2% de los salvadoreños con 65 años o más trabaja o está en busca de un ingreso formal, con este emprendimiento logra solventar los pagos de los servicios básicos y comprar su alimento, solo 1 de cada 4 personas en El Salvador cotiza a las AFP y tiene garantizado un ingreso para una futura pensión cuando cumplan 55 años en el caso de las mujeres, una gran proporción de la población de Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador utiliza prendas y calzado de segunda mano, mientras que estos productos son cada vez más populares entre los hogares de clase media con mayores ingresos que se muestran escépticos ante la moda rápida y desean una alternativa más sostenible.
En los últimos 4 años el mercado de ropa usada ha crecido un 37.2%, la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador no descarta que esta cifra se incremente al cierre de 2024, aunque no hay registro de cuantas ventas o negocios de este tipo hay en otras ciudades del país y están conscientes que muchos optan por ese método de subsistencia por lo que brindan consejos para quienes busquen emprender.
En 2021 se importaron 35,000 toneladas de ropa de segunda mano, el arancel a los productos de ropa usada es de 13%, lo que se tradujo en ingresos fiscales por 16 millones de dólares en ese mismo año.
Hace tres años, los ingresos fiscales generados por este sector en Guatemala fueron de 40,1 millones de dólares, en Nicaragua de 23,7 millones, en Honduras de 34,1 millones.
Camarasal señala que la venta de ropa usada se ha convertido en una fuente de empleo segura, permitiendo que cualquier persona pueda establecer su propio negocio iniciando con una pequeña inversión.
Entre 2017 y 2021, las importaciones de ropa de segunda mano a El Salvador crecieron un 6%, se estima que el sector de la ropa de segunda mano aportó el 1,41% del Producto Interno Bruto de El Salvador en 2020.