San Miguel, siempre fue considerado la cuna de los garrobos, se dice que se miraban por todos lados, e incluso en los techos de las viviendas, pero, en los últimos años, han ido desapareciendo, existe una alerta de peligro de extinción en garrobos espinosos, jiote y todas las especies de iguanas, pero en las afueras de la ciudad migueleña, en el cantón El Niño, siempre han cuidado a estas especies, dice que en los alrededores de su vivienda hay más de 4,000 reptiles, que protege de la caza humana.
La depredación masiva por el ser humano y la adopción de mascotas invasoras como los gatos podría ser una de las causas que ha llevado a los garrobos a una amenaza de extinción, asegura un biólogo de la Universidad de El Salvador.
Pero la amenaza del ser humano también ha sido clave para que estos reptiles tiendan a desaparecer, las personas se han encargado de esparcir mitos, por ejemplo, muchos aseguran que consumir la carne u otros derivados del garrobo son medicinales o afrodisíacos.
La carretera del litoral en San Miguel, fue un lugar donde personas ofrecieron estos reptiles amarrados, un estudio de 2014 realizado por la UES, reveló que el estrés al que son sometidos podría causar enfermedades al ser humano.
Los garrobos e iguanas al igual que cientos de otras especies, están protegidas por la ley de conservación de la vida silvestre, donde se consideran sanciones leves, menos graves y graves, van desde 1 hasta 100 salarios mínimos y en total son 290 especies que se encuentran en peligro o amenazadas en el país, según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.