El desierto históricamente ha reflejado la ruta más peligrosa y mortífera para los migrantes y es que las altas temperaturas abrazadoras por el día y el frio congelante por la noche han provocado la muerte y desaparición de decenas de personas en contexto de movilidad humana que pretenden llegar por esta ruta de manera ilegal a los Estados Unidos.
Mauricio Calderón, un salvadoreño empujado por la falta de oportunidades, falleció en el desierto entre México y Estados Unidos, hace aproximadamente un mes convirtiéndose en otra víctima.
Quienes lo conocieron recienten la muerte del joven quien se caracterizaba por ser alegre, dinámico y soñador pues él antes de partir a Estados Unidos les comento el anhelo que tenía que era sacar adelante a su familia.
Tras la muerte del joven también hay otra preocupación que embarga a la familia, el gasto de la repatriación del cuerpo tiene un costo de entre 15,000 a 18,000 dólares es por eso que se ha buscado organizar diferentes actividades culturales y sociales que busca recolectar la mayor cantidad de dinero aunque ya se dio parte a las autoridades pertinentes pero estas no les ha brindado la ayuda necesaria.
Los factores que siguen generando la migración irregular en El Salvador también deben ser una prioridad para el estado pues si no los numero seguirán en aumento y es que de acuerdo a las autoridades de la patrulla fronteriza en lo que va del año fiscal más de 21,000 salvadoreños han sido detenidos en la frontera sur.