Comerciantes que tenían sus negocios en la zona del centro histórico de San Salvador fueron desalojados por las autoridades y reubicados en locales de mercados municipales, como el Hula Hula y Sagrado Corazón, los afectados recibieron un incentivo económico por parte del gobierno.
Estas personas no se encontraban de forma ambulante, sino que, en locales comerciales en alrededores de la biblioteca nacional, frente al mercado Sagrado Corazón y a un costado del palacio nacional.