Han pasado seis años, desde aquel 29 de diciembre en que una agente de la Policía Nacional Civil fue atacada, desaparecida y luego reportada como fallecida.
Es decir, fue asesinada, Carla Ayala estaba en una fiesta navideña del grupo de reacción policial, pero al finalizar la misma y a bordo de un vehículo de la misma institución recibió un disparo de un compañero suyo, el ex agente élite, Juan Josué Castillo, mejor conocido como Samurái.
Durante meses la información sobre el caso era casi nula, y no había rastros ni de Carla Ayala, ni de Juan Josué Castillo, en septiembre de 2018, el cadáver de Carla Ayala fue encontrado en la fosa de un terreno que pertenecía a la familia del atacante.
En 2020, seis agentes de la Policía Nacional Civil y tres civiles recibieron condenas de hasta 8 años de cárcel por encubrir y ayudar a que huyera tras asesinar a Carla Ayala.
Además, familiares de Samurái fueron condenados por encubrimiento y agrupaciones ilícitas a 6 años de prisión, incluyendo al padre y al hermano de este.
Hasta la fecha, Juan Josué Castillo, no ha sido ubicado y mantiene una orden de captura internacional con la Interpol, mientras tanto, se sigue un proceso judicial en su contra por feminicidio, que en julio de este 2023 pasó a etapa de juicio.