Según la acusación, el propio Bolsonaro y otras 16 personas introdujeron información falsa en una base de datos de salud pública para hacer creer que el expresidente brasileño, su hija de 12 años y otras personas de su entorno, habían sido vacunados contra el coronavirus.
Según la investigación, el objetivo del fraude era eludir las restricciones sanitarias en terceros países.
La acusación arroja nueva luz sobre una investigación de la comisión del senado que terminó en octubre de 2021, con una recomendación de nueve cargos criminales contra Bolsonaro, alegando que gestionó mal la pandemia.
Durante ese período, el brasileño fue uno de los pocos líderes políticos del mundo que se opuso a la vacuna, se burló de las restricciones y animó a sus compatriotas a seguir su ejemplo.