La mayoría de los ríos en el país enfrentan altos niveles de contaminación, agravados por la actividad de varias empresas, lo que ha llevado a la Autoridad Salvadoreña del Agua a imponer sanciones. Además, más del 90 % de los ríos en El Salvador no cumplen con los estándares de calidad de agua necesarios para su suministro a las comunidades, mientras que el 70 % no reúne los requisitos para ser utilizados en actividades de riego.