Giovanni miranda salió de El Salvador hace diez días, intentando llegar hasta la ciudad de Guatemala, sigue varado en el municipio de Cuilapa del departamento de Santa Rosa a una hora y media de la frontera con El Salvador.
Él es uno de los cientos de transportistas afectados por los bloqueos de las calles en ese país, los costos aumentan cada día, así como las pérdidas de las empresas que son parte de la cadena de suministros.
Pero, que ocurre en Cuilapa, acá las exigencias están acordes con la mayoría de las demás protestas, este bloqueo cumplirá cuatro días.
La zona es clave para quienes quieren llegar a ciudad de Guatemala y para aquellos que salen o se dirigen hacia la zona fronteriza con El Salvador, quienes están varados en este lugar les preocupa su mercadería.
Las protestas y bloqueos en las carreteras cumplen dos semanas, pues esta es una medida de presión que han ejercido para exigir la renuncia de funcionarios públicos, a quienes acusan de interferir en el proceso electoral guatemalteco, aseguran que no se moverán de las calles hasta que ellos dejen el cargo, sin importar el tiempo que sigan acá.
Estas escenas se replican en más de 100 puntos de acceso hacia la zona central de Guatemala, bloqueos, llantas, lazos, ramas, cannopis, son parte de las herramientas que utilizan para detener indefinidamente el paso vehicular, aunque ambulancias, patrullas, enfermos que van en vehículos particulares y personas que andan repartiendo alimento a los manifestantes son los únicos que tienen vía libre para circular, el gobierno sostiene que estas acciones están financiadas y que perseguirá penalmente a los manifestantes.
Mientras tanto, Cuilapa y otras zonas del país seguirán exigiendo la renuncia de la Fiscal, Consuelo Porras, por la supuesta injerencia en el proceso electoral. La situación ya afecta gravemente a los diferentes rubros comerciales de Centroamérica.