En un modesto espacio que ha habilitado en su vivienda, Marina Gutiérrez se gana la vida, son las 2 de la tarde y es el cuarto planchado que realiza este día, dice sentirse satisfecha porque luego de estar desempleada ahora ya tiene trabajo.
Pero tras el talento de Marina hay una gran historia, en San Sebastian Salitrillo conocimos a Karla Moran, una mujer que al enterarse de las necesidades que dejo la pandemia decidió ayudar.
En esta improvisada academia no solamente se forman profesionales en cabello y uñas, también empieza el sueño de superación de muchas personas.
Por eso Karla en este lugar es conocida como la cosmetóloga de buen corazón, una joven que aparte de embellecer a mujeres se encarga de empoderarlas.