El Salvador tiene al 3.4% de su población migrante trabajando y residiendo en Costa Rica, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, sobre la situación en la que se encuentran los migrantes en América Latina y el Caribe.
El 81% de indocumentados de la región prefiere vivir en zonas urbanas al igual que el 70% de las personas nativas.
En las naciones analizadas, entre las que se encuentran México, Costa Rica, Panamá y Colombia, el BID constató que la edad de los migrantes en edad laboral ronda entre los 15 a 65 años; pero los grupos de 15 a 34 años son los que tienen mayores probabilidades de encontrar un trabajo, en comparación a los residentes autóctonos.
Si bien los indocumentados son más propensos a conseguir una fuente de ingresos que las personas nativas, se exponen a labores informales como vender en las calles o mercados, mientras que el 52% lo hace sin contratos legales, ocupando puestos temporales y trabajan más de 50 horas a la semana en comparación con los residentes nacidos en el país.
En cuanto a los salarios, en la mitad de países encuestados como México, Panamá y Paraguay, la diferencia de pagos entre extranjeros y nativos va desde los 20 a 200 dólares beneficiando a los migrantes que estén mejor calificados para desempeñar las áreas solicitadas; con ingresos promedio de 780 a más de 900 dólares para los casos de Uruguay, Panamá, México, pero en naciones como Chile, Costa Rica y Colombia, los nativos ganan entre 75 y 230 dólares más que los extranjeros.
El estudio también indica que el 46% de los extranjeros tienden a vivir en condiciones precarias comparado con el 15% de los originarios de los países que habitan así.
En cuanto a la educación, el BID revela que las mujeres migrantes tienden a tener más estudios que los hombres, pero estos las superan en más de 27 puntos porcentuales, mientras que los niños nativos tienen mejores resultados educativos que los que migran hacia países de acogida.