El transporte público fue azotado por la criminalidad que estremecía a gran parte del territorio salvadoreño, motoristas como pasajeros fueron asesinados a manos de delincuentes en el interior de las unidades del transporte.
Alfredo Galán hace memoria de esos años peligrosos porque le tocaba abordar las unidades del transporte, se imaginaba que algo malo podía suceder de cualquier momento.