Aunque el metaverso aún no es una realidad, algunas empresas ya estudian cuáles podrían ser los riesgos de este mundo virtual entre los que destacan:
En este tipo de plataformas es posible personalizar un avatar con imágenes que no tienen nada que ver con las características físicas de quien los utiliza, esta posibilidad de cambiar de apariencia también es utilizada por personas con malas intenciones para obtener información o incluso dinero de otras personas que forman parte de este mundo.
- Intercambio de información
En este mundo será posible enviar y recibir archivos de diferentes tipos, como imágenes, videos, documentos o transferencia directa de recursos entre personas y estos son puntos que pueden traer problemas a los usuarios si no son gestionadas correctamente.
Si las interacciones entre personas son totalmente gratuitas y cada uno puede enviar lo que quiera, ¿cómo se validará si el archivo tiene contenido malicioso? Actualmente, los archivos maliciosos representan una parte importante de la escena de las amenazas digitales, sin duda deberán tenerse en cuenta en el metaverso.
Es seguro que en esta plataforma existirá la posibilidad de adquirir productos, lo que dará lugar a los fraudes y estafas, por lo que las transacciones deben estar muy protegidas, es básico saber dónde quedará la información de pago, si será almacenada en el dispositivo que se conectará al metaverso en la nube o en otro lugar.
También si será necesario hacer validaciones para cada compra o si este proceso se automatiza al usar la función una vez.
Se supone que para la inmersión en el metaverso se necesitarán lentes de realidad virtual, los mismos tendrán incluso más sensores que un celular y probablemente serán capaces de leer la altura del usuario, tal vez hasta su peso, frecuencia cardiaca, brindar un reconocimiento facial con un nivel de precisión avanzada y si tiene cámaras podrá monitorear el entorno y evitar posibles colisiones con objetos en el mundo físico. El punto para analizar es qué pasa si esa información cae en manos indebidas.