Su estrategia era potabilizar el agua del afluente y con ella preparar diferentes alimentos como paletas, minutas, licuados y agua embotellada, los cuales fueron comercializados en su momento.
El ministerio también impulsó una campaña de sensibilización en los municipios de Antiguo Cuscatlán, San Salvador y Santa Tecla, para que los habitantes cercanos a las riberas del río aprendieran a no contaminar el afluente.