Basura, deterioro de canaletas y acumulación de desechos en los tragantes; son solo algunas de las razones por las que San Salvador continúa siendo vulnerable a las inundaciones en cada época de invierno y es que en el corazón de la capital hay alcantarillas casi colapsadas por la cantidad de basura que arrojan las personas, una práctica que es criticada por ambientalistas.
San Salvador cuenta con más de 15,000 tragantes distribuidos en los 72 KM² del municipio, pero en lugares como la quinta avenida norte los comerciantes siguen utilizando las cunetas como basureros, a pesar de estas advertencias de la alcaldía.
La actual administración capitalina aprobó sanciones por arrojar desperdicios y ripio en lugares no autorizados de la capital, imponiendo multas desde 51 a 900 dólares, mientras que las empresas o instituciones públicas que cometan estas faltas van desde 901 a los 2,200 dólares.
La población por su parte está consciente en que evitar las inundaciones en las calles no debe ser tarea únicamente de la alcaldía.
Solo en el municipio de San Salvador diariamente se recogen más de 600 toneladas de basura, de las cuales en su mayoría son desechos orgánicos y plásticos.