92 billones de dólares es la deuda pública mundial, cifra que ha crecido cinco veces más desde el año 2000, de los cuales casi el 30% de los países en desarrollo lo deben y de esta el 70% es atribuible a China, India y Brasil, según un estudio de las Naciones Unidas.
Mientras que en países como El Salvador se mantiene una deuda pública de alrededor de 19 millones de dólares.
El alza sostienen es debido a las crecientes necesidades de financiamiento para el desarrollo, que se intensifico por la pandemia de covid 19, por el alto costo de la vida, el cambio climático y por fuentes alternativas limitadas de financiamiento, este aumento en niveles de deuda también aplica al número de países que pasaron de ser 22 en 2011 a 59 en 2022.
Si nos centramos en el Producto Interno Bruto, la deuda pública paso de representar el 35% en 2010 a un 60% en 2021 en países en desarrollo, mientras que la deuda pública externa, es decir, que es la que adquiere un gobierno con acreedores extranjeros, alcanzo el 29%.
Los países en desarrollo pagan mucho más por deuda que los desarrollados, dice el informe, porque tienen que pagar tasas de interés más elevadas, sin que se consideren los costos de las fluctuaciones del tipo de cambio, por ejemplo en África, las tasas son cuatro veces más altas que la de los Estados Unidos y ocho veces más que las de Alemania, situación que se deriva en la dificultades para financiar inversiones importantes.
Actualmente la mitad de los países en desarrollo destinan más de 1.5% del PIB y el 6.9% de sus ingresos públicos al pago de intereses.
Pero ¿quiénes son los más afectados? La población, ya que la carga de la deuda impide que los países inviertan en el desarrollo sostenible, incluyendo a América Latina y el Caribe, así como África, Asia y Oceanía, es decir, que 3,300 millones de personas viven en 48 países en donde se gasta más en intereses que salud o educación.