América Latina y el Caribe figuran como las regiones a la vanguardia en la adopción de dinero digital, a través de las monedas digitales de bancos centrales.
Un reciente estudio del fondo monetario internacional revela que países como Bahamas y la unión monetaria del caribe oriental han sido pioneras en este proyecto que busca mejorar la tokenización de activos para facilitar su transferencia y aumentar su liquidez.
Naciones como Brasil, Argentina, Colombia y Ecuador, se posicionaron entre los 20 principales adoptadores de criptoactivos en el mundo en 2022; buscando los beneficios que ofrecen los activos digitales como el escape de los controles de capital, aumento de la inclusión financiera de la población, fortalecer la competencia y proteger contra la incertidumbre nacional.
Pero la decisión de los países a inclinarse por criptodivisas estables y respaldadas por activos; responde a los temores de acceder a otras monedas digitales como el bitcoin, cuya volatilidad y posible uso en actividades delictivas no se encuentra entre las alternativas favoritas para la mayoría de países, como lo es el caso de argentina y república dominicana donde está prohibido el uso de criptoactivos.
El reporte del FMI destaca la experiencia de El Salvador con la circulación del bitcoin como moneda de curso legal, ya que una encuesta nacional realizada en 2022 reveló que esta moneda no es un medio de intercambio ampliamente aceptado en el país, a pesar de tener su propia regulación.
Pero en casos como el proyecto piloto Meta, que permitía a usuarios de Estados Unidos y Guatemala realizar pagos nacionales e internacionales sin comisión, haciendo uso de criptodivisas, amenazó con reemplazar al quetzal y fue suspendido en 2022 ante presiones regulatorias.
A pesar de estos peligros y de los retos que implica adoptar una criptomoneda, el fondo asegura que la mayoría de funcionarios de gobierno encuestados ven a las monedas digitales de bancos centrales como un medio para mejorar sus sistemas de pago y ampliar el acceso al sistema financiero y están conscientes de la necesidad de transparentar el uso que se le da a esta forma de pago.