Son terrenos en el cantón Zunca de Atiquizaya, Ahuachapán, propiedades que por años fueron escenarios de impresionantes cultivos de arroz y caña de azúcar pero todo cambio.
José Valiente, así se llama este hombre, agricultor que decidió olvidarse de los cultivos tradicionales obligado por la poca o nula rentabilidad, pensó que todo estaba perdido hasta que conoció el frijol Vigna, legumbre de grano comestible de origen asiático que promete salvar económicamente a decenas de agricultores en esta zona rural.
Se trata de una iniciativa ejecutada por el proyecto Raíces, el objetivo es la aplicación de una agricultura inteligente que contribuya con la restauración de paisajes y que le permita a los campesinos garantizar cosechas apostándole a la diversificación de siembras.
Los trabajadores de la tierra están contentos, el proyecto no solo les ha permitido un cultivo resistente, también les abrió mercado, las cosechas que obtengan ya tienen dueño, una empresa exportadora está comprando el grano.