Uno de cada cuatro embarazos en el país, ocurren en niñas y adolescentes, conozca las alarmantes cifras que revela el fondo de población de las naciones unidas, quien muestra los departamentos más afectados y con mayor número de violaciones de menores de edad.
28,252 embarazos en niñas y adolescentes entre los 10 y los 19 años, se han registrado en los últimos dos años en El Salvador, pese a que hubo una leve reducción, las estadísticas siguen siendo preocupantes según lo afirma el Fondo de Población de las Naciones Unidas, ya que la mayoría de los casos son producto de violaciones, solo en el año 2019 se contabilizaron 3,564 víctimas de violencia sexual entre las edades de 12 a 17 años, lo que refleja un incremento del 9%, siendo cuatro departamentos donde se acumulan la mayor cantidad de estos delitos, en el año 2020 debido a la pandemia de covid 19 hubo algunas variaciones.
Las zonas rurales continúan siendo las más afectadas en cuanto a la violencia sexual y los embarazos en niñas y adolescentes, durante el 2020 el principal agresor fue un familiar, es decir que muchas de las víctimas estuvieron siendo vulneradas durante el confinamiento en sus hogares.
A nivel nacional, hay 82 municipios que sobrepasan la tasa nacional de embarazos en niñas y adolescentes de 10 a 19 años, por lo que según UNFPA deberían ser priorizados para ejecutar acciones para erradicar la problemática.
El año anterior, la maternidad temprana fue la causa de muerte de 7 menores de edad, los embarazos en niñas y adolescentes, también generan diversas complicaciones para los bebés.
Además los embarazos en niñas y adolescentes son una de las causas de la deserción escolar, lo cual conlleva a enfrentar dificultades en el futuro.
Otro dato que señalan es la reducción en las inscripciones de adolescentes en planificación familiar, en 2020 se contabilizaron 8,128 atenciones, una disminución que podría darse por la situación provoca por la pandemia.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas presentó el documento denominado: llegar a cero embarazos en niñas y adolescentes, un duro reto debido a las alarmantes cifras de nuestro país, pero que requiere de acciones urgentes para comenzar a ver resultados.