El ganado ya empezó a sufrir las consecuencias de la contaminación del río Bravo en Tecoluca, San Vicente, las familias de al menos 12 comunidades que viven ahí, ya no pueden dedicarse a la pesca debido a que los camarones y peces han muerto, aunque las autoridades iniciaron investigaciones los pobladores lo atribuyen a un ingenio, mientras que sus reses siguen enfermando y no tienen más opciones para sobrevivir.
El Ministerio de Medio Ambiente aún investiga las causas para determinar si insecticidas contaminaron las aguas del río Bravo; sin embargo, los habitantes de esa zona piden al gobierno exhaustivas averiguaciones que puedan castigar a los responsables.
Estas personas temen seguir sufriendo más perdidas, ya que después de la pesca la ganadería es su única fuente de ingresos económicos para ellos la muerte de una res es un impacto directo a su bolsillo.