El CICR recibió en 2018 el aval de las autoridades de Nicaragua para iniciar una misión en el país, enfocada en objetivos exclusivamente humanitarios.
Sin embargo, el organismo y el gobierno del presidente Daniel Ortega habían firmado en enero de 2019 un acuerdo para visitar a personas presas.
La Cruz Roja había abierto su misión un año atrás, cuando el mandatario izquierdista enfrentó tres meses de protestas que dejaron unos 300 muertos, según la ONU, así como numerosos lesionados y detenidos.