Esta fue la experiencia del astronauta salvadoreño, Frank Rubio, durante sus 371 días a bordo de la Estación Espacial Internacional.
En ese lugar no existe la gravedad y almacenar los alimentos es un aspecto que se debe cuidar; ya que los ocupantes reciben su comida en bolsas especiales para protegerla de la radiación, a la cual basta agregar un poco de agua y calentar para degustarla.
Los tripulantes de la estación tienen designado un pequeño espacio para preparar e ingerir sus alimentos y es que a falta de gravedad necesitan contar con mecanismos para evitar que su comida flote.
Algo que no pudo faltar durante su estancia fueron los condimentos como salsas y aceites, pero lo peculiar fue la forma en que se almacena la comida en el espacio; ya que se guarda en cajas especiales.
El cosmonauta salvadoreño mencionó que para fomentar la convivencia entre sus compañeros de misión, trataban de comer juntos por lo menos dos de los tres de comida; una experiencia que resultó emocionante estando lejos del planeta tierra.