Al menos 323 de los fallecidos son egipcios, que murieron por dolencias provocadas por el calor, exceptuando uno de ellos que falleció a causa de heridas sufridas en una dispersión desordenada de gente.
Miles de peregrinos se enfrentaron a temperaturas extremas que alcanzaron los 51 grados, las autoridades saudíes continúan monitoreando la situación y prestando asistencia a los afectados por el calor, en un esfuerzo por prevenir más tragedias.