De acuerdo al reciente informe del Banco Mundial sobre los nuevos enfoques para cerrar la brecha fiscal en América Latina y el Caribe, se calcula que el Producto Interno Bruto regional crecerá 3,0% en 2022.
Al enfocarse directamente en Centroamérica, la entidad multilateral apunta que El Salvador sería el país con menor crecimiento económico con 2.4%, mientras que para Panamá es de 6.2%, Nicaragua: 4.1%, Honduras 3.5%, Guatemala: 3.4% y Costa Rica: 3.3%
Y agrega que la incertidumbre política aumentó en algunos países de América Latina y el Caribe, todo esto apunta a una reducción de las tasas de crecimiento para 2023 que sería de 1,6 %, es decir inferior al pronóstico para este año. Lo que se considera insuficiente para lograr avances significativos en términos de reducción de la pobreza.
Y la pobreza monetaria descendió del 30 % en 2021, al 28,5% en 2022, manteniendo un nivel alto y preocupante.
Según el Banco Mundial, la reducción en las previsiones de crecimiento se debe en gran medida a movimientos desfavorables por cuatro factores: cambios en la tasa interbancaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, el crecimiento del G-7, cambios en los precios de las materias primas y el crecimiento de China.
Por otra parte, el reporte muestra que la disminución de los ingresos públicos y los esfuerzos paliativos para proteger a las familias y las empresas durante la pandemia de covid-19, que derivó en déficits elevados y en un aumento de la deuda pública, indicando que los niveles de deuda en 2022 son significativamente superiores que antes de la emergencia sanitaria.
A medida que la deuda crece, la calificación de la deuda soberana desciende.
En el caso de El Salvador el nivel de deuda ronda el 85%, por lo que según el Banco Mundial, la mayoría de los países de América Latina y el Caribe enfrentan preocupaciones crecientes respecto a la sostenibilidad de la deuda.
Ante este panorama, el informe hace énfasis en que reducir el despilfarro y las ineficiencia, bastaría para eliminar casi por completo el déficit fiscal existente en muchos países de la región.
Sostiene que los gobiernos también pueden llevar a cabo un ajuste fiscal mediante la ejecución de un gasto público más efectivo, ya que un nivel alto de despilfarro e ineficiencia por parte del sector público reduce la confianza de las personas en el gobierno, según el Banco Mundial, América Latina y el Caribe es la región con el menor nivel de confianza en el gobierno de todo el mundo.