Es frecuente ver e interactuar con actitudes fanáticas en distintos ambientes sociales, como en el deporte cuando hay equipos y aficionados de tradición.
En el campo religioso a través de expresiones o manifestaciones de los creyentes, en el tema político partidista con posiciones radicales de activistas y seguidores y hasta en el campo de los espectáculos donde los fans de artistas se sobrepasan los límites, entre otras expresiones de la conducta fanática.
Desde el punto de vista sociológico y antropológico, es una construcción social y cultural individual y colectiva.
Dependiendo de las condiciones culturales, educativas y de formación de valores de una sociedad, este tipo de conductas puede llegar a sobrepasar los límites y hasta el descontrol.
Es claro que el fanatismo desmedido no es bueno, la pasión de una persona que defiende con tenacidad sus creencias u opiniones si se logra controlar a adaptar a las normas sociales, logran ser respetadas.