Desilusionado, así se encuentra Adilio Recinos al ver que la milpa que con tanto esfuerzo sembró hace tres meses, apenas y le dará elotes para recuperar un poco de lo invertido.
Tiene 60 años de cultivar las tierras del corredor seco de Ahuachapán, una zona que ha sido impactada por el fenómeno del niño pues la ausencia de lluvias por varios días no ha regado los cultivos, lo que provocó que las plantas no se desarrollaran de la manera esperada; haciendo que Adilio perdiera el 60% de su cosecha.
La poca producción impactará el abastecimiento del mercado nacional, pues los pequeños agricultores difícilmente pueden satisfacer la demanda de maíz blanco, la cual actualmente en el salvador ronda los 22 millones de quintales al año.
La ausencia de lluvias del niño también provocó pérdidas en el terreno de Daniel Zelada, porque tiene que enfrentarse a plagas como la del gusano; que amenaza con devorar la poca producción que podría recuperar.
En su milpa la situación es grave, pues el suelo seco y el fuerte sol no beneficiaran su cosecha; ya que en su manzana de terreno espera recoger entre 25 a 30 quintales de maíz, por lo que el otro año podría no sembrar más.
Las tierras de Julio Vega tampoco darán su mejor fruto, el suelo árido, la poca lluvia y los fuertes vientos han dejado su parcela con considerables pérdidas.
Además de los fenómenos climáticos, la mayoría de agricultores de la zona se enfrentan a otro problema, el alquiler de tierras. Aquí los precios de arriendo por una manzana de cultivo rondan los 300 dólares, cantidad que los productores consideran excesiva; ya que una buena tierra con condiciones óptimas de cultivo puede costar entre 150 a 200 dólares el alquiler por cosecha.
¿Cuáles son las razones por las que las tierras de este sector del corredor seco son más vulnerables en periodos de sequía?
Pasar de la forma tradicional en la que se cultiva la tierra a una de conservación de suelos, podría ser una alternativa para que las cosechas resistan el impacto del cambio climático, ese es el objetivo que persigue la organización raíces, quienes han capacitado a agricultores de la zona en nuevas técnicas para trabajar los suelos; formación que ya dio resultados.
Pero ¿en qué consisten estas prácticas que dan respuesta a los agricultores?, cuyas cosechas se muestran verdes y con buenos frutos.
Tras las afectaciones en las plantaciones de maíz, los agricultores del corredor seco se preparan para iniciar el cultivo de maicillo; un grano que aseguran es más resistente, pero que con las pérdidas en sus terrenos dicen no tener suficiente para costear los gastos de producción, piden que al ministerio de agricultura les ayude con la entrega abono, fertilizante e insumos para continuar trabajando la tierra que les brinda sustento.