En los últimos años a nivel mundial se ha incrementado la producción de prendas de vestir, pues actualmente representa el 25 % del comercio en el mundo, es decir que la industria de la moda está tomando cada vez más fuerza a tal grado de posicionarse en la cuarta industria más representativa para las economías.
Y tras los grandes volúmenes comercialización han surgido conceptos como “Fast Fashion” o “Moda Rápida”, que permite la introducción de colecciones de ropa con las últimas tendencias siguiendo una cultura para fomentar el consumismo.
Esta tendencia consumista ha hecho que el promedio de uso de una prenda nueva sea de solo 7 veces antes de ser desechada para luego importarla a otros países para seguirles dando uso, es ahí donde nacen las comercializadoras de ropa usada, según el sociólogo Pedro Ticas, hoy en día ha crecido el intereses de las personas por vestirse a bajo costo, siguiendo otras culturas.
En San Salvador es común ver en las calles locales de ventas de ropa de segundo uso, exportada principalmente desde Estados Unidos y ya están compitiendo incluso con el mercado de prendas nuevas.
En este negocio ofrecen hasta 8 prendas de vestir por un dólar y según el encargado de la tienda, la mayoría de clientes prefieren comprar ropa usada pues notan un ahorro significativo en sus economías.
Y es que se trata de un rubro que va aumentando cada vez más a medida que surgen más sociedades o emprendedores como en el caso de esta joven, quien a su corta edad ya lidera una tienda de ropa usada.
Incluso se apoyan de plataformas en la web que les permiten que este tipo de ventas se extiendan en el territorio, ofreciendo todo tipo de ropa a precios accesibles y con envíos a todo el país como una forma de generar ingresos.