El Salvador ha registrado 59 vuelos de deportación desde que Trump asumió, aunque el número de retornados por vuelo ha disminuido drásticamente, pasando de 125 a apenas 20 a 30 personas, según el Instituto Salvadoreño del Migrante.
Mientras las remesas podrían perder $258 millones por estas acciones, el director del instituto critica que el aumento del 50% en vuelos responde a una «mercadotecnia política» para mostrar mano dura, pese a los altos costos operativos.
Aunque muchos migrantes son arrestados tras sus citas judiciales, expertos advierten que, sin representación legal, perderán sus casos migratorios, agravando la crisis humanitaria que ya disuadió a un 40% de salvadoreños de viajar a EE.UU.