Los frutos secos, como las nueces, almendras y avellanas, son considerados superalimentos por su alto contenido de nutrientes esenciales. Estas pequeñas, pero poderosas semillas aportan grasas saludables, proteínas y fibra, además de ser una excelente fuente de antioxidantes que ayudan a combatir el estrés oxidativo. Incorporar frutos secos en la dieta diaria no solo mejora la salud cardiovascular, sino que también apoya el control del peso y contribuye al bienestar general, siendo una opción nutritiva y versátil.