Las protestas en Los Ángeles contra las nuevas regulaciones migratorias, que comenzaron el viernes pero escalaron con incendios, saqueos y ataques a edificios federales durante el fin de semana, llevaron al presidente Trump a desplegar agentes de la Guardia Nacional, aunque las manifestaciones continuaron este lunes para exigir el fin de las deportaciones.
Mientras las autoridades reportan 40 detenidos por disturbios, el gobierno anunció el envío de 700 marinos para reforzar la seguridad, ya que los manifestantes, quienes se enfrentaron a la policía, acusan a las autoridades de separar familias indocumentadas en una ciudad santuario.
A pesar de las medidas, la tensión persiste, pues los manifestantes advierten que no cesarán hasta que se revoquen las políticas migratorias, lo que ha convertido a Los Ángeles en el epicentro de un conflicto que podría prolongarse.