Es la voz de uno de muchos salvadoreños cuyos familiares fueron víctimas de las pandillas, y que aún recuerdan a sus seres queridos tras varios años de que desaparecieran o fueran asesinados por estos grupos criminales. Entre los casos hay hijos, hermanos, padres de familia y esposos que siguen estando en la memoria de quienes aún los aman.
Estas personas que con lágrimas en los ojos cuentan las historias de cómo perdieron a sus seres queridos a manos de la delincuencia, piden el anonimato por el temor de ser blanco de los remanentes de pandillas. Dicen que tras la implementación del régimen de excepción comenzaron a sentirse más seguros, pues las amenazas, intimidación y extorsión que padecían cesaron; por lo que piden que esta medida continué sobre todo para que las nuevas generaciones no experimenten lo que ellos vivieron.
Estas víctimas piden a las organizaciones que defienden los derechos humanos a que se les reconozca y sean escuchados. Además, esperan que se haga justicia en los tribunales, pues en la mayoría de los casos los responsables de los crímenes ya fueron detenidos.