Taylor Swift anunció que ha recuperado la propiedad de las grabaciones originales de sus primeros seis álbumes, tras años de disputas con su antigua disquera.
Para lograrlo, la cantante pagó cerca de 360 millones de dólares, cifra que resalta el valor artístico y comercial de su catálogo.
Esta decisión, que marca un hito en su carrera, reafirma su lucha por los derechos de los artistas sobre su propia obra.