La región de Centroamérica es altamente vulnerable a eventos climáticos que conllevan deslaves, inundaciones, desbordamientos de ríos, pérdidas humanas, agrícolas e impactos en la economía, según las mesas nacionales de gestión de riesgos.
Los expertos señalan la capacidad de respuesta a estos impactos como deficientes, dicen que el sistema se ha ido debilitando y existe poca actualización en los mecanismos de atención.
Además, sostienen que en Centroamérica las entidades deben activar protocolos de anticipación de riesgos con sistema de alerta temprana y oportuna y tomar medidas enfocadas en acciones integrales de atención a la inseguridad alimentaria que golpea la región.