En El Salvador, donde el 10.5% de la población supera los 65 años, la exclusión laboral por edad es una realidad, ya que el 57% son mujeres y el 42% hombres que rara vez son considerados en ofertas con lÃmites de 35 años.
Pese a esto, la Dirección de Integración promueve programas con $16 millones para que empresas y escuelas reconozcan su productividad, como muestran testimonios de adultos mayores que han transformado su aislamiento en participación activa.
Aunque la edad afecta condiciones fÃsicas, muchos insisten en su capacidad contributiva, mientras proyectos los vinculan a pasantÃas remuneradas para reintegrarlos a la sociedad.