Según las autoridades los procesados formaban parte de una estructura delincuencial conformada por exjueces, policías y abogados que colaboraban con pandilleros.
Los delitos que se les atribuyen son 16 homicidios agravados, 2 casos de proposición y conspiración para cometer el delito de homicidio agravado, 1 caso de divulgación de la imagen o revelación de datos, 1 caso de extorsión agravada, entre otros.
En el 2017, José Timoteo Mendoza, cabecilla de pandillas fue sentenciado a 932 años de prisión en este mismo caso.
También fueron condenados dos jueces.