A través de engaños una red de trata de personas obligaban a mujeres a prostituirse, las víctimas eran buscadas en parques de San Salvador donde les ofrecían trabajo de empleadas domésticas, cuando las personas aceptaban la oportunidad laboral, las trasladaban a un establecimiento en las cercanías del centro de la capital, donde vendían bebidas embriagantes y bajo amenazas las obligaban a tener relaciones sexuales con diferentes hombres.
Esta explotación sexual la realizaron durante dos años, y esta estructura conformada por 10 personas tenía dividida las funciones que efectuarían cada uno dentro de la red, tres de ellos, eran los encargados de los negocios y de captar a las mujeres para realizar trabajos de prostitución.
Otra de las implicadas vigilaba que las víctimas no pudieran huir, y un taxista era el que transportaba a las mujeres para que visitaran a sus familias y evitar que pidieran ayuda o escaparan.
A los 10 imputados son acusados por los delitos de trata de personas agravada en modalidad de explotación sexual, lavado de dinero y agrupaciones ilícitas.
La Fiscalía solicitó a los juzgados contra el crimen organizado de San Salvador que los imputados se mantengan en detención provisional y que el caso pase a la siguiente etapa procesal.