El mandatario escribió textualmente: cuánto esfuerzo por detener la minería, de los mayores poseedores de oro del mundo. Pero jamás se pronunciaron cuando mataban 30 salvadoreños al día. Al contrario, avalaron y dieron su “bendición” para negociar con ellos.
Esta publicación surge luego que sectores de la sociedad manifestaran su negativa a la nueva ley aprobada en diciembre que permite esta actividad en el país.