Comienza por clasificar los productos según su uso, como maquillaje, cuidado de la piel y herramientas. Utiliza pequeños estuches o compartimentos para agrupar elementos similares, asegurando que todo esté al alcance y visible. Además, revisa periódicamente tu cosmetiquera para desechar productos caducados o que ya no utilizas, manteniendo así solo lo esencial y en buen estado.