Dijo que un proceso de ese tipo podría despejar el camino para el levantamiento de las sanciones internacionales y el regreso de los refugiados, pero advirtió que un fracaso significaría el riesgo de un nuevo conflicto en Siria.
Mientras que Alemania y Francia dijeron que están preparados para trabajar con los nuevos gobernantes sobre la base de los derechos humanos y la protección de las minorías.