Dirigentes haitianos advirtieron la semana pasada del deterioro de la seguridad en el país caribeño.
Poderosas bandas, con armas traficadas en gran parte desde Estados Unidos, se han unido en la capital bajo una alianza común y ahora controlan la mayor parte de la ciudad y se están expandiendo a zonas cercanas.
La misión de asistencia a la seguridad, aunque aprobada por el consejo de seguridad de la ONU, no es una operación de Naciones Unidas.
Hasta el momento, la misión ha avanzado poco para ayudar a Haití a restablecer el orden, con sólo 400 agentes de policía kenianos en el terreno y un déficit de financiación.